miércoles, 8 de junio de 2016

Tenia el corazón en una mochila

Stan Larkin, un estadounidense de 25 años, acaba de recibir un trasplante de corazón que le ha salvado la vida. La operación, aunque admirable, es relativamente común. Más excepcionales han sido los 17 meses anteriores. Durante ese tiempo, Larkin, que fue diagnosticado cuando era adolescente con una cardiomiopatía familiar, ha vivido con un corazón artificial cargado en una mochila.
Su caso muestra las posibilidades del SynCardia Freedom Portable Driver, una máquina de seis kilos que utiliza aire comprimido para suplir la función del corazón a la hora de llevar la sangre a todas las partes del cuerpo. La máquina fue implantada en el Centro Cardiovascular Frankel de la Universidad de Michigan.
Este artefacto está diseñado para salvar la vida de pacientes cuando su corazón falla del todo y las máquinas construidas para resolver defectos parciales no son suficientes. De esa manera, es posible mantenerles con vida sin necesidad de estar en un hospital hasta que, como en el caso de Larkin, aparece la oportunidad de un trasplante.

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